9 Consejos para concentrarte en el trabajo y la escuela

La vida misma requiere concentración, esta importantísima capacidad que está fuertemente relacionada con el aprendizaje y la memoria, de aquí que se convierta en la estrella principal en áreas como el trabajo y la escuela. Sin embargo, la dificultad para resistirse a las constantes distracciones de la era de la conexión (estamos muy conectados y poco concentrados) para mantener un buen nivel de atención incrementan día con día, por lo que es importante entrenar la mente.

Una de las razones principales por las que se vuelve tan complicado concentrarse, ya sea en el trabajo o en la escuela, es porque actualmente pasamos gran parte de nuestro día conectados a algún dispositivo (reuniones, envío y recepción de correos, clases, reportes, estudio, etc.), por lo que nuestro cerebro busca desesperadamente un cambio de patrón; adicional, solemos caer en famoso multitasking o multi tareas, con la falsa creencia de que así logramos ser más productivos, así que saturamos a nuestro cerebro haciendo varias actividades a la vez, por eso se vuelve tan sencillo encontrar cualquier pretexto para distraernos.

Afortunadamente muchos expertos se han dado a la tarea de estudiar el comportamiento humano y las diferentes estrategias para reducir las distracciones en un día corriente y fortalecer nuestra capacidad de concentración.

Aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a conseguir concentrarte y mejorar tu atención:

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1) Para vencer al enemigo, primero hay que conocerlo

Esto quiere decir que identifiques cuáles son las cosas o situaciones que fácilmente roban tu atención. A partir de ahí, podrás tomar acciones para evitarlo.

Por ejemplo, si el celular parece que tiene un efecto de imán sobre ti, déjalo en otra habitación, o ponlo en silencio o modo avión dentro de un cajón hasta que termines la actividad que requiere tu total atención.

Tal vez no es “algo” lo que te distrae, sino un “cuando”, así que pon atención en qué momento del día es más propenso que te distraigas, tal vez sea por la tarde, después de comer, que te sientes con demasiado cansancio, si es así, una buena idea sería dejar las tareas que requieren mayor concentración por la mañana.

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2) Ordena y jerarquiza las tareas

El orden es para el cerebro como el aire para nosotros, así que haz una lista de todas las actividades importantes o urgentes que debes realizar y después ponles números de acuerdo con la importancia que tengan, así comenzarás con la más importante hasta dejar como última de la lista la que podría esperar convertirse en la primera del día siguiente.

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3) Crea el ambiente ideal

Estar en un escritorio atiborrado de papeles o en la mesa de la cocina entre las cajas de cereal y los platos sucios del desayuno, distrae a cualquiera. Adaptar un espacio en el que puedas trabajar o estudiar hará que concentrarte sea mucho más sencillo; para empezar porque tu cerebro comenzará a asociar ese espacio y/o ambiente como el lugar de concentración (no el de juego, desayuno o desorden), adicional, no tendrá elementos para “voltear a ver”, facilitando que termines las actividades que planeaste.

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4) Arma tu horario

Sí, así como lo tenías en la primaria, cambio de actividad cada 40 o 50 minutos, descansos bien planificados, etc.

La idea aquí es que seas capaz de crear una rutina clara desde el comienzo. Se sabe que la atención plena se va perdiendo con el paso del tiempo, comienza su descenso a partir de los 20 minutos y puede llegar a mantenerse hasta los 90 minutos, por eso es recomendable darle a tu cerebro un par de minutos de descanso (10, máximo 15), el objetivo de esto es premiarlo con un estímulo placentero tras un tiempo prolongado de concentración (en promedio después de cada 40 o 50 minutos). Si eres de las personas que pueden mantenerse enfocadas por más tiempo, podrías darte estos descansos cada 90 o 100 minutos, tú decides.

Cuando hayas culminado con la tarea que demandó tanta atención, en lugar de seguirte con la próxima de la lista, toma un respiro, levántate, mira un par de minutos por la ventana para despejar tu mente y poder hacer una mejor transición hacia la siguiente actividad.

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5) Sacúdete

Durante todo el tiempo que has estado con la concentración plena, tu cuerpo ha permanecido mayormente inmóvil, por lo que aprovechar los periodos de descanso para moverte o hacer un poco de actividad, resulta muy benéfico. Por ejemplo, podrías tomarte el tiempo de hacer algunas rotaciones en manos y piernas, levantarlas un poco, dar un paseo hacia la cocina mientras te sirves y tomas un vaso con agua.

Además de relajar tu mente y ayudar a tu organismo a liberar la tensión física y emocional que se acumuló, facilitarán la circulación de sangre en tu organismo, lo que beneficia la oxigenación de tu cerebro mejorando la capacidad de atención.

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6) Valora el super poder del agua

Estar bien hidratados es importantísimo. El agua representa el 75% de la masa cerebral, mantenerte hidratado ayudará a las funciones cognitivas que están asociadas a los procesos de atención y memoria.

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7) Controla tu mente

La manera más fácil que tiene el cerebro para escapar de la realidad de una tarea aburrida es pensar en otra cosa.

Es importante que identifiques las veces que, mientras estás con la atención plena en algo, llega a tu mente esa imagen maravillosa de las vacaciones que acabas de tener, o tal vez recuerdas que se terminó la leche y corres a apuntarlo en una lista para comprarla más adelante. Bueno, todos estos pensamientos son la “válvula de escape” de tu cerebro.

Resulta demasiado idealista pensar que podemos controlar al 100% nuestra mente de la noche a la mañana, lo que sí podemos hacer es esforzarnos por comenzar a delimitar estos pensamientos a otros momentos del día.

Para lograrlo puede ayudarte realizar ejercicios de meditación o respiración abdominal profunda, para poner tu mente en blanco, para “vaciar” todos los posibles pensamientos emergentes antes de comenzar tu periodo de concentración plena.

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8) Asegúrate de dormir bien

Recuerda que un buen sueño permite al cerebro despertar fresco, activo y receptivo, por eso es importante que tengas un descanso adecuado diariamente.

Cuando el cerebro está cansado se aburre, lo que facilita las distracciones constantes (como la típica broma de ver pasar la pelusa).

Nada mejor para un día de actividad que requiere concentración (como un examen o una reunión importante) que darle a tu cerebro un relajante sueño de 8 horas la noche anterior.

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9)“Háblate bonito”

Por increíble que parezca, la manera en la que nos hablamos tiene grandes efectos en la forma en que afrontamos cada día y/o situación. Tener un lenguaje interior de ánimo, echarte porras, e incluso pensar y visualizarte culminando esa tarea específica con éxito o todo lo benéfico que resultará de eso, son formas de ayudar a generar la sensación de placer que le gusta al cerebro, por tanto, lejos de pensar en la concentración como algo aburrido a evitar, comenzará a asociarlo con ideas positivas y de satisfacción a alcanzar.

Como verás, las distracciones están siempre presentes en la vida humana, lejos de desaparecer, cada día surge algo nuevo que representará una posible “fuga” a nuestro enfoque, por lo que aprender a desarrollar nuestra capacidad de mantenernos concentrados es algo que vale muchísimo la pena y será una herramienta para utilizar de por vida.

No existe la fórmula mágica que se pueda aplicar a todos para lograr concentrarse, por lo que te sugerimos ir probando e integrando estas técnicas de acuerdo con tus necesidades específicas, así mismo, si quieres dar ayuda extra a tu cuerpo y mente consumir un multivitamínico como Bedoyecta +G es una gran herramienta, gracias a su fórmula rica en vitaminas y ginseng que favorece el incremento de la actividad y concentración mental.

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Fuentes:
Mayo Clinic
Psicología y Mente
Revista Muy Interesante
US National Library of Medicine
Escuela con Cerebro